Dec铆dase a cambiar con ayuda de Dios
Aunque las personas alrededor nuestro no lo entiendan, la gracia del Padre es real. 脡l perdona nuestra pecaminosidad y nos lleva a un nuevo nivel.
饾棛饾棽饾椏饾椈饾棶饾椈饾棻饾椉 饾棓饾椆饾棽饾槄饾椂饾榾 饾棟饾椂饾椇饾棽虂饾椈饾棽饾槆 es editor del portal digital 饾棩饾棽饾槂饾椂饾榾饾榿饾棶饾棭饾椂饾棻饾棶饾棛饾棶饾椇饾椂饾椆饾椂饾棶饾椏.com 饾棙饾榾饾棸饾椏饾椂饾榿饾椉饾椏, 饾椊饾棽饾椏饾椂饾椉饾棻饾椂饾榾饾榿饾棶, 饾椊饾椉饾棻饾棸饾棶饾榾饾榿饾棽饾椏 y conductor del programa "饾棭饾椂饾棻饾棶 饾棛饾棶饾椇饾椂饾椆饾椂饾棶饾椏" que se transmite en varias estaciones de radio online. 饾棓饾槀饾榿饾椉饾椏 de varios 饾椆饾椂饾棷饾椏饾椉饾榾 饾棽饾椆饾棽饾棸饾榿饾椏饾椉虂饾椈饾椂饾棸饾椉饾榾 que pueden descargarse 饾棿饾椏饾棶饾榿饾槀饾椂饾榿饾棶饾椇饾棽饾椈饾榿饾棽 en Internet.
Aunque las personas alrededor nuestro no lo entiendan, la gracia del Padre es real. 脡l perdona nuestra pecaminosidad y nos lleva a un nuevo nivel.
Puede que usted sienta que ya no vale la pena vivir. Quiz谩 un problema familiar, financiero, una enfermedad o quiz谩 una adicci贸n. Lo que desea es morir. Hay esperanza. Est谩 en la gracia de Dios. 脡l nos rescata de la situaci贸n en la que nos encontramos, por m谩s desesperada que parezca.
En una sociedad donde la falta de identidad masculina crece entre ni帽os y a煤n j贸venes, llama a los padres a asumir la responsabilidad que les asiste. Con el ejemplo, se forma a los hijos, tanto en el proceso de crianza, como en los valores espirituales. Tenemos un problema.
No deber铆amos temerle a la muerte. Por la gracia de Dios que se manifest贸 en la muerte de Jes煤s en la cruz por nuestros pecados, nos asiste la certeza de que pasaremos la eternidad a Su lado.
La gracia de Dios nos permite emprender una nueva vida. Pero es necesario apropiarnos de esa gracia. Es fundamental creer y dar nuevos pasos. En un mundo donde prevalece la religiosidad y el legalismo; donde se manipulan vers铆culos de la Biblia para favorecer falsas teolog铆as como la de la prosperidad o la sanidad que no...
Decidirse a emprender cambios, tomado de la mano del Se帽or Jesucristo. Es una sabia decisi贸n. Si se fija ese prop贸sito, no estar谩 solo en el proceso. Dios le ayudara en cada nuevo paso.
Si nos atenemos a nuestros hechos, lo que ten铆amos delante nuestro era la expectaci贸n de la condenaci贸n eterna. Sin embargo, la gracia de Dios es la que marca la diferencia.
Si estamos apropiadamente formados, podremos presentar defensa de nuestra fe. Nuestro llamado es a que procuremos formar a los nuevos ministros cristianos, con el prop贸sito de que desarrollen su trabajo con excelencia.
Si de algo adolece nuestra sociedad actualmente es de palabras de aliento y esperanza. Resulta tr谩gico, por supuesto. El desaliento abunda. Vivir se convierte para millones de personas en una verdadera carga, antes que en un motivo de gozo diario. Por este motivo quienes comparten sobre la gracia en una sociedad desesperanzada suenan extra帽os.